La autoestima y la estimulación temprana

La seguridad y la autoestima son aspectos fundamentales que se adquieren en la primera infancia. Está clínicamente demostrado que el amor, las caricias, el afecto entre el niño y los que lo rodean tiene un importante efecto positivo en su desarrollo emocional.
La autoestima incluye todas las creencias y sentimientos que tenemos acerca de nosotros y afecta todo lo que hacemos en la vida, se desarrolla a partir de nuestras experiencias e interacciones, éstas pueden ser positivas o negativas, pero sin duda un niño necesita más encuentros positivos que negativos para desarrollar un autoconcepto positivo.
Los niños necesitan además, amor incondicional y confianza por parte de sus padres, un niño con una autoestima sólida es frecuentemente optimista, amistoso, cortés, dispuesto a asumir riesgos y abordar situaciones nuevas, capaz de fijarse metas, autónomo, responsable, servicial, capaz de solucionar problemas, asertivo al expresar sus opiniones, comúnmente son considerados los lideres de equipo o el mejor amigo del grupo.

Los niños con baja autoestima son más propensos a unirse a pandillas o 

buscar apoyo en las drogas o el alcohol, afectando esto al individuo y a la 

sociedad; se caracterizan por la poca confianza en sí mismos, la búsqueda de 

apoyo, seguridad e identidad en los demás antes que en las figuras parentales

 y en sí mismos; un niño que crece con seguridad, demostraciones de afecto por

parte de quienes lo rodean, con experiencias de éxito tras asumir retos, 

esforzarse, perseverar hasta cumplir sus metas es un niño con un futuro 

prometedor.

La autoestima se alimenta de experiencias de éxito, por ello cada logro que

 tiene el niño en la etapa de 0 a 3 años es realmente significativo, ya que dichas

 experiencias y la sensación de satisfacción y bienestar que éstas conllevan 

quedaran grabadas y serán la base de su personalidad.


La estimulación temprana:

La estimulación temprana no solo permite al niño realizar destrezas motoras e intelectuales, en cada actividad, en cada experiencia, el niño es el protagonista y cada logro despierta emociones afectivas e intensas él, la admiración y el elogio de los demás, son experiencias que elevan su autoestima, por ello es importante propiciar entornos retadores que permitan impulsar las oportunidades de aprendizaje, interacciones sociales y actividades físicas, las cuales son claves para el desarrollo cerebral, la capacidad para aprender y la estabilidad emocional.


¿Qué significan entornos retadores?
Las oportunidades de aprendizaje y éxito que se pueden brindar a través de la estimulación temprana son innumerables. Pensemos cómo un niño puede alcanzarlas, con actividades sencillas para nosotros los adultos, pero muy retadoras y significativas para ellos; pensemos cuando un bebé gatea y le colocamos un obstáculo que debe superar, al principio lo ayudemos, lo guiamos, lo alentamos hasta que al final lo logra y alcanza el juguete deseado (su meta). De igual manera, no podemos negar la alegría que experimentan los padres y el niño cuando luego de varios intentos, de varias caídas, y de superar sus miedos, logra dar sus primeros pasos sin apoyo, significa para él una sensación gratificante, una experiencia totalmente novedosa y placentera que se logra al asumir riesgos, lograr el equilibrio y controlar su propio cuerpo sin la seguridad que le proporcionaba apoyarse en otros objetos, superficies o personas, ahora la seguridad se la brinda él mismo y se siente realmente contento por ello, es el inicio de su autonomía, ahora se siente capaz de realizar cada vez más destrezas; éstas son sus primeras experiencias de vida, las que forman su personalidad. La superación de obstáculos y el logro de metas se inician desde el primer año de vida.

Cuando un niño se siente amado y querido, cuando lo tocamos, lo miramos, mecemos, hablamos, leemos y cantamos, está desarrollando millones de conexiones en su cerebro que formarán los cimientos básicos sobre cómo se siente acerca de sí mismo y cómo se relaciona con otros y con el mundo en su alrededor.

En síntesis, podemos decir que la estimulación temprana contribuye al desarrollo de la autoestima por las siguientes razones:

  • Propicia un ambiente en el cual el niño puede sentirse independiente y seguro, capaz de explorar e interactuar con los objetos y personas de manera libre y espontánea.
  • Permite al niño explorar sus intereses y aptitudes.
  • Los materiales y juegos de estimulación temprana usados de manera adecuada y oportuna, hacen que los niños se sientan desafiados mas no abrumados.
  • Promueve el trabajo en equipo y las relaciones interpersonales, esto refuerza el autoconcepto del niño.
  • Permite a los niños sentirse seguros y queridos.
  • Promueve las experiencias positivas, reforzando el vínculo entre los padres y el niño.
  • Proporciona a los niños experiencias y recuerdos especiales.
  • Ayuda a los niños a creer en si mismos.
  • Ayuda a los niños a descubrir sus talentos.
Brindemos cariño, afecto, la ayuda necesaria para que sea capaz de valerse por sí mismo, estímulos retadores desde la primera infancia, amor y cuidados es lo que necesita para ser mejor persona.



Este artículo es del:Dr. Orlando Terré






Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta. Sam Keen

Comentarios

  1. el comienzo de todo es esto, los ninos que se sienten amados y seguros tienen fe en si mismos y son los que marcan la diferencia :)

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  2. Gracias por tu visita
    Valeria es guapiiiiisiiiiima
    besiiiiiitoooooo
    Haizea

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  3. Muy buen aporte. El adecuado crecimiento de recién nacidos y niños es una prioridad del sistema sanitario. Por tal motivo, esta área ofrece muchas oportunidades a profesionales altamente capacitados

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